martes, 28 de mayo de 2013

Antes de…

Al acabar el curso 66/67, pedí a mis padres salirme del Colegio Politécnico Asturiano (“La Politécnica”, como se le conocía) donde debería haber cursado 4º de Bachiller y me fui a estudiar libre a una academia particular, la de Lurdes en la calle Magnus Blikstad, donde se llevaba a los casos perdidos (como también se llavaban al famoso Casaes o ya puestos al colegio del San Luis de Pravia) para que se/nos enderezaran. No me digáis porque lo hice. La Politécnica era un colegio concertado llevado por “curones” que no tenía la calidad (ni mucho menos) de Los Jesuitas o del Corazón de María y a Lurdes iban un par de primas mías que decían que no se estaba tan mal… Ay mamina!
Aquel curso 67/68 batí un par de records (negativos pero records al fin y al cabo). Mi horario de clases en Lurdes comenzaba todos los días a las 10 de la mañana y, una vez visto el ambiente irrespirable que creaba aquella señora en el que yo me veía bloqueado por el miedo y no era capaz de entender nada de nada de nada, decidí acabar con aquella tortura. Mi rutina consistía en picar al timbre y si no se me abría en las dos décimas de segundo que seguían al ring, ring pues… adiós muy buenas (no debe haber nadie, me mentía yo a mi mismo). Saqué un buen partido de que, en aquellos años, era un crio con algún que otro problemas de salud y convencí a mis primas de que me disculparan ante Lurdes. Esta táctica la lleve a cabo desde finales de setiembre del 67 hasta finales de marzo del 68 (en que me pillaron) y me valió el 1º record: ¡medio año, más o menos seguido, pirando! El “Viento de Otoño” de los Pop Tops y el “Get on your knees” de Los Canarios eran las canciones del momento y las que recuerdo escuchar en los futbolines, principalmente en los de Los Patos, que era donde instalé mi refugio base.
Claro, aquel curso también acabó de record. Lurdes nos recomendaba ir al Instituto de Avilés a examinarnos, decía que era más fácil que en El Jovellanos, y allí fuí. Suspendí las 8 asignaturas que había en 4º (incluidas la Religión, la Política y la Gimnasia (aún es el día de hoy que no se distinguir el “tendido supino” del “tendido prono”) y el latín que arrastraba de 3º (todavía no conozco a nadie que haya superado eso). Total que cuando llegué de Avilés con “les notes” estaba mi madre asomada a la ventana de la casa de la calle San José donde vivíamos (un 4º piso) y cuando me preguntó que tal me había ido contesté a voces: “todas mamá, todas”, de perdidos al rio ya tendría tiempo a aclarar que “todas” sí, pero ¡suspensas! Con mi padre no tuve problemas… ¡no me hablaba desde que me había pillado pirando! Lo único que se habló aquel verano fue: yo quiero ir de aprendiz de algo para ponerme a trabajar que, por lo que se ve, para estudiar no sirvo. Y la respuesta: a ver guaje, tú harás lo que se te diga,  primero acabas el bachiller y luego ya veremos.
Total que aquel verano del 68, no me acuerdo por mediación de quien, me incorporé a la Academia de B&E. Justo cuatro años más tarde, en setiembre del 72, Blanca y yo nos matriculábamos de 1º de Químicas en Oviedo. No creo que sea necesario añadir nada mas, aquella Academia (profesores & compañeros) me cambió la vida.
De aquel primer curso adjunto unas fotos (año 69) de una excursión que hicimos a unas cuevas que hay por el oriente de Asturias (cerca de Ribadesella creo recordar).
En esta 1º aparecen de izda a dcha y de arriba abajo: Germán, Chusín, El Casi, Jose María, Juanma, mmm, Ismael, Chus y Carlos.
 Blanca "azorando" a Chusón en presencia de mi madre (su tía) y José María
 Las chicas (excepto Germán y Pedro...)
Los "tios"

Rosa, Ali (una de las primas que me recomendó ir a Lurdes!), mi madre (ya veis yo era el único que llevaba "escolta", Blanca y Chusón. 
 Todos (menos "my mother", que sacó la foto...).
A ver si alguién mas se anima..., de hecho yo, el día que nos vimos el año pasado, vi mogollón de fotos que no había visto nunca antes y, la verdad, alguna de ellas me hacía ilusión tenerla.
Otro día mas.

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